Las plantas de tratamiento de agua suelen presentar dos problemas importantes a causa de la corrosión.
El primero son las sustancias químicamente corrosivas, producidas por materiales de uso interno, que comprometen la infraestructura de la planta.
En segundo lugar se encuentra el daño externo por corrosión a causa de sustancias inorgánicas, tales como el ácido sulfúrico que daña el concreto, u orgánicas tal como los carbonos halogenados y aromáticos que deterioran los plásticos.
El tratamiento inadecuado de estas condiciones se traduce en problemáticas de corrosión interna, incrustaciones, separación de lodos no exitosa y corrosión microbiológica entre otras.